domingo, 3 de octubre de 2021

La noche en la sala de control del reactor 4

Nos ubicamos en la sala de control del reactor número 4 de la central eléctrica nuclear memorial Vladímir Illich Lenin (Unión Soviética) del día 26 de abril de 1986. Esta noche, inconscientes de lo que iba a suceder minutos más tarde de la medianoche, están Leonid Toptunov (26 años, ingeniero jefe de control del reactor), Aleksandr Akímov (33 años, supervisor de turno) y Anatoli Diátlov (ingeniero nuclear y adjunto al ingeniero jefe de la central); entre otros empleados.


Durante esta fatídica noche, el personal de la sala recibe instrucciones para preparar el reactor para una prueba de seguridad. Para ello, deben reducir la potencia del mismo. En estos momentos, en la sala se desata un caluroso debate sobre la potencia que se considera segura para comenzar la prueba. De acuerdo con los protocolos establecidos en la planta, la potencia no debería bajar de los 700 megavatios. Sin embargo, Diátlov ordena ignorar esa premisa y bajar la potencia a 200 megavatios para conservar el agua fría que evite el recalentamiento del reactor. Para desgracia de todo el equipo de la sala de control, el superior que tomaba las decisiones era Diátlov y nadie podía contravenirle, a pesar de la normativa previamente escritos.

Sobre las 00:33 salta una alarma de seguridad. La potencia ha bajado significativamente muy rápido. A las 00:36 salta otra alarma en el panel de mandos de Boris Stolyarchuk (operador del flujo del agua a través del reactor) indicando que el nivel del agua de los tambores del separador está significativamente bajo. Lo cierto es que, en palabras del propio Boris [1], el nivel del agua era muy complejo de manejar a poca potencia, pero era una incidencia relativamente normal.


Son las 00:38 y el reactor se ha parado completamente. Los indicadores de potencia en la sala de control marcan 0 megavatios. Como consecuencia, Diátlov ordena a Toptunov volver a encender el reactor subiendo todas las barras de control. Tal y como muy bien se detalla en el último capítulo de la serie Chernóbil de HBO [2], las barras de control son como el acelerador y el freno del reactor nuclear. En el reactor había 211 barras de control de boro que permiten controlar la potencia total del reactor: al elevarlas, se aumenta la potencia. La decisión de Diátlov fue quitar todas las barras de control y, por lo tanto, el reactor no tiene ningún "sistema de frenado de seguridad". Sobre las 00:42, se vuelve a subir la potencia del reactor a los 160 megavatios.

Llegados a este momento, uno podría plantearse la pregunta ¿por qué los operadores no se negaron a ir en contra de las normas? Simplemente diremos que en la sala de control Diátlov tenía el mando absoluto e incluso tenía la potestad de destituir a cualquier operario (aunque fuesen ingenieros) que se negase a seguir sus órdenes. Además, en la Unión Soviética un ingeniero era un puesto muy prestigioso y estaba muy bien pagado. Perder un puesto de trabajo en la sala de control era seguramente una sentencia firme de emigrar a otro lugar para vivir en peores condiciones con toda la familia.

Son las 00:52. En la sala de control vuelve a sonar otra alarma: escasez de agua en los tambores del separador. Es la 01:03 y ya se ha conseguido la potencia deseada por Diátlov (200 megavatios). Se cuenta que a esa hora Akímov solicitó a Diátlov dejar la orden por escrito en el diario de la sala. Teniendo como respuesta una amenaza con el despido y seguramente un recordatorio de que como adjunto al ingeniero jefe de toda la central nuclear, podía cambiar libremente los estándares de la prueba. Hay que tener en cuenta que también existía la falsa creencia de que los reactores nucleares no podían tener ni accidentes graves ni fallos. En ese aspecto, la propaganda comunista contribuyó a este mito hasta tal punto de que se ocultaron ciertos informes sobre fallos de seguridad durante la construcción de la central nuclear de Chernóbil. Teniendo en cuenta los aspectos historio-políticos del momento, se priorizó la puesta en marcha de los reactores en el menor tiempo posible que una instalación mucho más lenta pero segura.

Ya por las 01:05 en el interior del reactor se está acumulando la potencia en el fondo. Al producirse este hecho en la parte de abajo del reactor, los sensores son incapaces de enviar la advertencia a la sala de control. Además, cabe destacar que las barras de boro están insertadas parcialmente en la parte superior. Es la 01:17 y el punto crítico sigue formándose en la parte inferior del reactor, mientras que Diátlov está convencido en empezar la prueba cuanto antes. 

Minutos después, a las 01:21, se da comienzo al test. A la 01:23 los operarios encienden las dos bombas de reserva y se apaga la alimentación de la turbina. Durante esta prueba de seguridad se corta el suministro de energía que va a la turbina. Esta comenzará a moverse por inercia hasta que una fuente de emergencia (generadores diesel de reserva) vuelve a dar electricidad. Dichos generadores tardan 40 segundos en entrar en funcionamiento. La prueba pretendía averiguar si con la turbina desacelerada por la ausencia de energía mantendría en movimiento las bombas de agua activas antes de la energía de los generadores diesel. El peligro está en que si el agua no se mueve, el reactor puede actuar como una gigantesca olla a presión.

Ya está apagado el suministro eléctrico de la turbina, como consecuencia la turbina va más despacio, por lo tanto, no se mueve tanta agua en el reactor y se genera más vapor. A esto hay que sumarle que la potencia del fondo del reactor está por la nubes. A partir de esta hora, cada segundo que pasa implica que la presión del vapor se acumule en el fondo del reactor. En la parte de arriba del reactor se puede observar que la presión está levantando la cubierta de las barras de combustible que tienen un peso de 350 kilos. En la sala de control Toptunov se da cuenta que el indicador de potencia está subiendo a una velocidad significativa. En estos momentos, Akímov se ve obligado a pulsar el botón de parada de emergencia AZ-5.

El botón AZ-5 hace que automáticamente se inserten todas las barras de boro al reactor para inmediatamente reducir la potencia. Sin embargo, un problema de diseño hace que este botón de parada tenga que acelerar para detenerse. Las barras de control de boro están fabricadas con una cubierta de grafito. Cuando el grafito entra en el reactor se produce un aumento de la potencia. Así pues, esta acción hizo que la potencia se incrementara cientos de veces.

En tan solo unos segundos pasada la 01:23, la presión del reactor es tan fuerte que las barras de control y de combustible se partan. Es la fatídica hora de la 01:23:48. En la sala de control se sienten varias explosiones, produciéndose un apagón. La cubierta de seguridad del reactor vuela por los aires. El reactor queda al descubierto y pronto los niveles de radiación del aire se disparan. A continuación, en la sala de control, que no está dentro del recinto del reactor, se respira una especie de polvo pesado que sabe a metal.

Tras esa hora el resto del personal de la planta creen que han sufrido un ataque por un misil americano o un terremoto. El destino de la central y sus alrededores ya estaba escrito. Lo cierto es que, en palabras del propio Mijaíl Gorbachov, esa hora fue la que seguramente marcó el fin de la Unión Soviética.


Referencias

[1] J. Barlett. (2004). Zero Hour: disaster at Chernobyl. [Documental doblado al castellano como "El desaster de Chernobyl"]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=tShaE0d-tWA

[2] C. Mazin. (2019). Chernobyl. [Mini serie producida por HBO]. Disponible mediante suscripción en: https://es.hboespana.com/


Para seguir aprendiendo



Jacob Sierra Díaz

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