En muchas ocasiones diarias hemos escuchado o leído el término radiación. De hecho, lo más seguro es que lo hayamos visto acompañado de un "apellido": radiación ionizante o radiación no ionizante. Pero, ¿qué significan realmente el "apellido" ionización?, ¿qué tipo de radiaciones son las que se producen en una central nuclear?, ¿los teléfonos móviles producen radiaciones ionizantes?... ¡Tratemos de dar respuesta a estas preguntas!
Vamos a empezar desde el principio. Podemos decir que, para este contexto, la radiación es energía. De hecho, la radiación tiene la capacidad de ser lanzada desde su fuente original a través de ondas de energía o partículas energizadas. Entonces, todo el conjunto de longitudes de onda es lo que forman el conocido como espectro electromagnético. Básicamente, es a partir del concepto de energía del que surgen dos tipos generales de radiaciones [1]: por un lado las que tienen una gran cantidad de energía y, por el otro, las que no tienen tanta cantidad de energía.
- La radiación ionizante contiene tanta energía que puede destruir los electrones de los átomos que la onda de energía o partícula energizada encuentre a su paso. Esto es lo que conocemos como ionización, es decir, la capacidad de eliminar los electrones de los átomos (o si se prefiere de esta forma más radical, destruir el átomo).
- Por el contrario, la radiación no ionizante no tiene la suficiente energía para comprometer la estabilidad de los átomos de una molécula que encuentre a su paso. En efecto, este tipo de radiación puede hacer vibrar a los átomos por su paso (p. ej. microondas) pero su energía nunca será tan fuerte como para destruirlos.
Referencias
[1] R. R. Näf Cortes. (2016, 28 febrero). ¿Cuál es la diferencia entre la radiación ionizante y la no ionizante? [Recurso online]. Disponible en: https://prevencion.fremap.es
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